El Fiat Ritmo y la Arquitectura

A mediados de enero, en plenas vacaciones veraniegas en el Sur del Mundo, tuve la oportunidad de leer un artículo muy interesante, en la versión española del conocido sitio Autoblog, en el que el arquitecto Derek Bangle hablaba de diseño automotriz, más precisamente sobre el Fiat Ritmo, diseñado por Alberto Sartorelli y su equipo del Centro Stile Fiat. Dicho artículo ilustra con claridad algunos conceptos básicos del diseño contemporáneo (especialmente al uso de los materiales), en línea con los principios del maestro Dieter Rams, que revolucionaron el mundo del diseño industrial. Seguramente los entusiastas de la industria automotriz, ya adivinaron que el vínculo de Derek con los automóviles viene de que es hijo de Chris Bangle, un diseñador famoso por su trabajo en BMW. fiat-ritmo-05Fuente El artículo completo lo pueden leer aquí, pero me voy a tomar el atrevimiento de resaltar los segmentos que considero más valiosos en relación a la temática de este blog:

…Allá por 1978, en la era en la que los plásticos empezaban a tomar su lugar en los paragolpes de los coches, el Ritmo representó cómo sus diseñadores comprendieron filosófica, técnica y gráficamente, la integración del plástico en el diseño de la carrocería, estableciendo un vocabulario visual de contraste de colores entre la pintura de la carrocería y la de los citados paragolpes…

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…A diferencia de los paragolpes del Golf o del Renault, que parecen bloques negros flotantes agarrados tentativamente al cuerpo del vehículo, en el Ritmo el paragolpes es parte integrante del todo. Y esto es cierto en varios niveles, ya que el Ritmo es el segundo coche, tras el Renault 5, en incorporar un paragolpes de plástico autoportante, sin estructura metálica para reforzarlo bajo él. La filosofía visual del elemento es muy honesta: El paragolpes es técnica y visualmente un ente completamente independiente…

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…Aún con todo, la agregación del cuerpo independiente resulta tan buena como buena pueda resultar la unión con el resto de elementos del vehículo, y es aquí donde el Ritmo destaca. La línea de corte es gruesa y negra, bien definida, para permitir que el metal «flote» sobre el plástico. No sólo es una decisión estética, sino que también es una demostración de conocimiento sobre el comportamiento del material. Y es que los plásticos empleados en aquella época eran termoplásticos con un coeficiente de dilatación muy elevado bajo el calor, por lo que había una necesidad importante de mantener distancias entre paneles gruesas para permitir esa dilatación. El Ritmo demuestra esa zona de expansión con confianza, en lugar de tratar de esconderla o camuflarla. Esa es otra de las razones por las que para mí es difícil que no me guste el Ritmo: Es honesto con respecto a la economía de los materiales, los usos y las propiedades de los mismos, algo que además respeta gráficamente…

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…En el rostro del Ritmo, el faro redondo está tratado como algo abstracto: Es un círculo perfecto que requiere ser colocado exactamente en la división entre capó y paragolpes. Sostengo que este nivel de abstracción geométrica libera al faro de tener que parecer un faro en el frontal del vehículo. Hace que nos fijemos en él en términos de localización y forma: Es como la obra de Kandinsky «Algunos círculos«, ejecutada con la precisión de una máquina de escribir Olivetti. Tomar un elemento común y barato como el faro redondo y llevarlo a este nivel de abstracción es, en sí, todo un logro…

En tiempos en los que la innovación parece no tener pausas y continuamente nos enfrentamos a métodos constructivos y materiales nuevos, con propiedades que hace no tanto ni siquiera podíamos imaginar, los conceptos que maneja Bangle son una base sólida para encarar un proceso de diseño.

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